La Merced de Buenos Aires, la tierra de los contrastes.

La Merced de Buenos Aires, la tierra de los contrastes.

La abundancia y el buen vivir VS. La muerte asociada a la minería

#ChaskiWarmi2022 #MensajerasCaminandoLaPalabra

Durante los días 16 y 17 de abril del 2022 llegamos a la Merced de Buenos Aires provincia de Imbabura para compartir la palabra con las defensoras y defensores de la naturaleza.

En la madrugada del sábado 16 tuvimos la oportunidad de acompañar el ordeño de las vacas y compartir el inicio del día a día de la mayor parte de las familias campesinas que viven en esta comunidad.

En la Merced de Buenos Aires, las mujeres y hombres son principalmente trabajadores del campo; agricultores, ganaderos, piscicultores. En este territorio hay sistemas silvopastoriles, de crianza de ganado, de producción de leche, zonas que han logrado integrar arbustos y árboles ricos en follaje. La estructura del suelo y su fertilidad se han enriquecido gracias a ellos, además de brindar sombra y refugio a los animales en medio de los potreros.

Durante nuestros días en la comunidad, nos mostraron las imágenes de los alegres encuentros comunitarios, de las pambamesas, donde comparten entre todas y todos la abundancia de productos y diversidad de cultivos que existen en las fincas familiares: papa, maíz, ocas, mellocos, achogchas, jícama, morochillo, trigo, habas, cebada, fréjol, hortalizas de hoja, uvillas, cítricos, moras son algunos de los productos más comunes.

En los lugares bajos y cálidos del territorio, crece la caña de azúcar, la yuca, la papaya, la naranjilla, el café y el cacao. Las familias procesan la leche y producen quesos y otros derivados que comercializan en los poblados cercanos. Los excedentes de leche son entregados a empresas acopiadoras. Nada es desperdiciado en estas tierras.

También tuvimos la oportunidad de compartir un diálogo colectivo para fortalecer los vínculos solidarios y afectivos de las mujeres, hombres, niñas y niños que mantienen vivos los procesos de defensa por los derechos humanos, de la naturaleza y de la comunidad. De igual forma durante el encuentro conocimos los impactos ambientales y principalmente sociales que han provocado las actividades de la minería ilegal y la mal llamada minería “legal”.

El día domingo 17 de abril al pie de la cascada que protege la Casa de la Resistencia, realizamos una ceremonia sagrada dirigida por el Taita Jaime Guamán y por Blanca Chancosa, lidereza histórica del movimiento indígena y parte de nuestra colectiva Saramanta Warmikuna. Invocaron a las energías de la madre tierra, del Taita Inti, del aire y del agua para proteger a los y las defensoras de la naturaleza y al territorio, que en este momento está siendo destruido por las actividades mineras de la empresa Hanrine y los mineros ilegales.

En este evento sagrado también participó el Asambleísta Fernando Cabascango, Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Derechos Humanos de la Asamblea Nacional, quien junto con Rosita Carlosama, Asambleísta Alterna, entregaron las amnistías que la Asamblea Nacional otorgó a los y las 26 Defensoras de la Naturaleza y Derechos Humanos que fueron criminalizadas por defender el territorio.

El paisaje brillante hasta ese momento se vio ensombrecido en la tarde del domingo 17 de abril, cuando a la comunidad arribaron más de 500 efectivos militares que llegaron y se instalaron en el pueblo, el cual no tiene más de 1800 habitantes. El motivo de ésta incursión fue que llegaron a la zona a realizar un operativo para desalojar a los mineros ilegales que están operando en el territorio.

La experiencia en Buenos Aires con la presencia policial y militar ha sido lamentable, desde la invasión ocurrida el 3 de agosto de 2021, cuando más de 500 policías agredieron brutalmente a mujeres, ancianos, niñas y niños para abrir paso a la empresa minera Hanrine.

Desde entonces, policías y militares están instalados en el territorio y a pesar de eso, en sus barbas y con su custodia, se sigue explotando, procesando y transportando material aurífero ilegal.

Los defensores y defensoras de la naturaleza de la Merced de Buenos Aires, campesinas y productoras de alimentos que dan de comer a la ciudades, que son generadoras de vida y salud para las generaciones actuales y las futuras, que son las custodias de esta nuestra madre tierra, merecen ser reconocidas, ser premiadas, ser protegidas.

LA MERCED DE BUENOS AIRES, TIERRA DE LA ABUNDANCIA Y LA VIDA