La Madre Tierra hoy te recibe en su manto y te cobija
Víctor Guaillas, un hombre del campo convertido en defensor del agua y la naturaleza, falleció a causa de la lógica represiva y corrupta del Estado. Por eso, se movilizó en octubre de 2019 para protestar contra las políticas neoliberales y en ese contexto fue apresado injustamente y fue una de las víctimas de la última masacre carcelaria en Guayaquil.
Para don Víctor, ser parte de la lucha comunitaria contra la minería arrasadora, que va a provocar graves daños en Molleturo, fue la forma en que él decidió cuidar y proteger a su familia y a su comunidad. Hoy, desde el amplio universo él acompaña nuestras luchas que exigen justicia y respeto para nuestra Pachamama y nuestros territorios.
Unimos nuestra voz a la de muchas otras personas, organizaciones, colectivos y vecinos que acompañan su despedida junto con doña Adriana, Cristina y todos sus hijos e hijas. Desde Saramanta Warmikuna (Mujeres del Maíz) acompañamos solidariamente a la familia Guaillas, a la comunidad de Molleturo y a nuestra compañera y hermana Elizabeth Durazno.
Hoy creemos necesario cerrar amorosamente el círculo de promesas, sueños, expectativas que compartimos para cuando Ud. saldría de la penitenciaria. Don Víctor nos duele su partida, nos duele la violencia del Estado, que quiere callar las voces de quienes defienden la vida mientras protege los intereses de las empresas mineras, petroleras, los agronegocios y las grandes hidroeléctricas.
Es responsabilidad del Estado, la Corte Constitucional, la Defensoría del Pueblo, realizar las acciones que correspondan con sus competencias para que este crimen atroz no quede en la impunidad. Solicitamos a la Alianza de organizaciones de Derechos Humanos y de la Naturaleza vigilar junto a las organizaciones territoriales para que este caso no quede en el olvido, y que cese la persecución y hostigamiento del Estado y las empresas contra tantas otras personas defensoras de la naturaleza.
No permitiremos que más mujeres y hombres que defienden la naturaleza, el agua y la vida sean criminalizados. Usted don Víctor nos deja una marcada herencia y una larga tarea, que con sl fervor y la pasión que usted puso en esta lucha nos va a multiplicar por cientos, por miles.
¡Nadie se cansa compa Víctor! ¡Nadie se cansa!