La tierra llora cuando sus hijos traicionan; los ríos dejan de cantar y los vientos se detienen, el fuego en su interior parece apagarse. Así, su sentimiento nos contagia. Nosotras, Saramata Warmikuna hijas de la madre tierra. Nosotras, mujeres indígenas de la Costa, cholas y montubias, sencillas de gran corazón queremos decir que es hora de respetar las diferencias, de celebrar la diversidad y de hacer cumplir la sagrada voluntad de las voces populares. Nosotras, mujeres de la amazonía apoyamos a Yaku, jóvenes y niñas queremos vivir en paz, somos poquitos aquí en la selva, pero nuestra voluntad es importante. Nosotras, mujeres de la sierra, hijas del páramo, con las manos gastadas del cultivo fuimos a votar con ilusión de cambio, ahora vemos con indignada rabia, cómo se llevan nuestra voz y el oro de la montaña.
Pero siempre los millonarios hacen esto, se llevan la elección, se llevan el petróleo, se llevan la madera, a nosotras nos quedan las desgracias y la contaminación.. Somos millones quienes estamos de pie vigilantes del proceso. Pero su tristeza no nos detiene, nos enoja, nos indigna, nos revela. Levantamos la voz en protesta contra las artimañas del poder. De aquellos que llevan a cabo un fraude con la voluntad popular.
Banqueros, empresarios, camaroneros, transgénicos, mineros, petroleros, que asustados por perder su lugar en el banquillo presidencial han arreglado de forma mañosa toda institución democrática, han anulado nuestros votos, han escondido actas y demoran el proceso con tal de hacer más creíble la farsa electorera.
Cómo mujeres nos encontramos heridas y con indignación al ver que nuestro voto, mi voto, su voto, ha sido utilizado para que un gobierno extractivista de derecha siga destruyendo nuestra tierra, nuestro territorio y quiera seguir destruyendo el vivir diario de nuestro planeta, tan solo para seguir beneficiando a un grupo de empresas transnacionales. La derecha del banquero con el partido social cristiano y el correismo, han pactado puertas adentro un escenario electoral propio de la historia más triste latinoamericana. Fraudes, campañas sucias, maltratos y represión. La historia se repite, como en la colonia se reverenciaba al patrón y el fiel servil era el bueno y el que renegaba su enemigo. Nada ha cambiado, nada cambia, lo plurinacional es usado solo para adornar paredes y edificios donde los gobernantes, pisotean a los pueblos. Hoy nos roban los sueños, la esperanza, nos roban en la cara nuestra decisión, que es la dignidad de un país.
Ahora a vista y paciencia del país entero nos robe las elecciones y nuestros votos. Es imperdonable y como mujeres la resistencia continuará con más fuerza. No dejaremos que nos tapen más nuestros rostros y callen nuestras voces, ya basta de jugar con nuestros sentimientos, no podemos soportar tanto abuso, discriminación, violencia, atropellos. Nosotras las mujeres somos guerreras y honestas, defendemos la democracia de nuestro país para que nuestros hijos e hijas no sufran lo que nosotras en el futuro.
Por tanto exigimos
– La inmediata destitución de los consejeros sinverguenzas del CNE y que se realice un nuevo escrutinio de todas las Juntas electorales con presencia ciudadana. Que sepan que no confiamos más en sus artimañas y que no caeremos en el juego de la oligarquía disfrazada. Que muestren los votos, uno por uno de ser necesario, velaremos por aquellas papeletas que vimos romper, exigimos la aparición de todas las actas que conforman el proceso electoral.
-Señora Atamaint usted es madre mujer y se encuentra al frente de la institución, basta de atropellos y piense, recapacite y demuestre con claridad la realidad de las elecciones deje de seguir órdenes de un gobierno ineficaz y opresor
Como mujeres hacemos sentir nuestra inconformidad y malestar por tanta corrupción, por tanto abuso de poder, estamos indignadas al ver cómo se han burlado del pueblo, nuestros pueblo y comunidades que respaldamos al proyecto político de Yaku, al proyecto del pueblo.
Indígena falso dicen, por reconocer sus raíces, por defender la tierra y al pueblo atropellado, ellos se disfrazan con ponchos, el pueblo con reverencia entrega el mandato en ceremonia, tanta es la hipocresía que luego se vanaglorian de ser mashis.
No perdemos la esperanza, confiamos en la lucha colectiva, decididos a enfrentarnos donde su arma son billetes y la nuestra, la unión de nuestras voces.
Prohibido olvidar amallatik kungarishun.