Cuando el colectivo cultural Art-os presentaron su obra teatral llamada “Detrás del Cerro” en su visita a la comunidad de la Merced de Buenos Aires, obra que promueve la defensa de la Madre Tierra y la humanización del desarrollo. Las actrices y actores de este colectivo, a viva voz rezaban “LA TIERRA NO SE VENDE, SE CUIDA Y SE DEFIENDE”, llegando el mensaje al corazón de sus habitantes, quienes se identificaron inmediatamente con la expresión que en ese instante se desarrollaba y que avivaba la alegría de la resistencia, haciendo suyas estas palabras; que reflejaban los hechos y acciones que por años han venido realizando de forma libre, espontánea, sincera y muy sentida.
Hoy en día, esta lucha por la defensa del territorio se encuentra amenazada por la presencia insistente de la empresa minera Hanrine y de mineros ilegales que aún sin legalizar su operación continúa depredando el territorio, provocando violencia, enfrentamientos y división social. Muy a pesar de los malos hijos; gente que nunca faltan, egoístas, malvados y de duro corazón que se alinean con mineros “legales e ilegales”, quienes taladran la piedra, quienes derriban los cerros, quienes contaminan las fuentes de agua viva, que desintegran familias, que desaparecen especies, que enferman a las personas, que secan la tierra, que engañan los corazones, que dividen las comunas, que matan sin piedad, que olvidan los amigos, que niegan la historia, que desmoronan lentamente la tranquilidad que se respiraba en estas tierras benditas, que permitieron que HANRINE y sus falsas promesas de bienestar cambiaran sus rumbos.
Con la voz al viento decimos: ¡Ni un paso atrás luchadoras! Somos muchas quienes abrazamos este camino de actuar. Las mineras ambicionan este unido territorio y han armado un plan de gestión de la desinformación en redes sociales, mediante calumnias descarnadas y todo tipo de artimañas en contra de sus más nobles defensoras. Que con su fuerza, su amor, su potencia y sus conocimientos heredados de sus ancestras sostienen de manera activa e íntegra, la Resistencia, la Organización, la Unidad, la Presencia, la Vida, la Esperanza, el Activismo, la Economía y el Valor de esta comunidad.
Sobre la magnitud del cambio geopolítico del Ecuador, desde la mirada de los territorios rurales. Queremos solidarizarnos con Lucía Chicaiza y todas las mujeres del colectivo Saramanta Warmikuna, compañeras defensoras de la naturaleza de los Derechos Humanos.
Estas Mujeres de a pie, de carne y hueso, e imparables, solo buscan en su gente que:
La violencia no se vuelva costumbre
El miedo no nos paralice
La desigualdad no nos amaine
Las amenazas no nos callen
Las injusticias no nos desanimen
Las mentiras no nos debiliten
Y por eso estamos aquí, bregando por extirpar las penalidades que la maldición de la Minería nos quiere dejar.
Atentas y sin bajar los brazos. Confiando en nuestras expertas.
Exaltando la herencia del coraje y valor que nos dejan como legado para las futuras generaciones, estas guerreras de las “Mil y Un Batallas”, a quienes entregamos nuestro abrazo protector, nuestra solidaridad y nuestro acompañamiento, como oración que se eleva para pedir el perenne nacimiento de más guerreras de Luz en nuestras Vidas.
La Pachamama, las protege y estamos aquí, las Hijas del Maíz, las inteligentes mujeres del pueblo, que, queremos se respete la vida y a la Madre Naturaleza, y, por eso:
EL PUEBLO DE LA MERCED DE BUENOS AIRES DICE NO A LA MINERIA
Y MANTIENE SU PALABRA DE QUEDARSE DONDE EL AIRE ES BUENO.
Con el corazón de las Defensoras de la Madre Tierra
Saramanta Warmikuna