Mujer Defensora Nacionalidad Kichwa de Otavalo Provincia de Imbabura. Líder histórica de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARRUNARI)
Para mi octubre fue un acumulado que estalló, diferente a los levantamientos que se hicieron en el 90 y en el 2000. Esta vez lo viví como cuando uno empieza caminando y llega a un lugar y va abriendo obstáculo tras obstáculo, y ya vemos que no somos uno sino dos o tres, es una minga que se hace a fuerza de lucha. Nosotros, de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARRUNARI) desde que entró Moreno, después de Correa, estábamos dando la pelea contra la minería, defendiendo el agua y la tierra y exigiendo la reapertura de las escuelas bilingües.
Octubre es la expresión y el descontento, entonces llegó un momento que se unieron las voces.
Octubre fue la gran minga donde todo mundo arrimó el hombro (…) era el revelarse de los pueblos, se revelaron frente a todos, frente a estas leyes y políticas.
También se quitó la máscara que escondía el racismo de estado.
Octubre fue la unidad, la expresión, como cuando uno dice: una sola voz se unió a todas.
En la agenda de lucha había puntos propios del movimiento indígena, pero que también podían ser de los no indígenas, y estaban los que se unieron por solidaridad, porque se sumaron otros procesos y reclamos: el despido masivo de los trabajadores, el retiro de subsidios.
Octubre es la expresión y el descontento, entonces llegó un momento que se unieron las voces; los estudiantes por la educación, pero también porque los padres estaban sin trabajo, los trabajadores por el trabajo, y se les viene la canasta y se quita el presupuesto a la salud, y ahí se unen todos los intereses de todos y todas.
Octubre fue la gran minga donde todo mundo arrimó el hombro, los mayores y jubilados estaban porque les iban a subir su canastita y salieron con las cacerolas, no solo para tener comida sino también como muestra de protesta; para mí era eso, era el revelarse de los pueblos, se revelaron frente a todos, frente a estas leyes y políticas, fue una muestra de la inconformidad con esa política. Ahí nos revelamos todos.
Aparentemente fue una ganancia, pero también hay una lección aprendida. Podríamos decir que se hizo una retirada, pero no una retirada a casa, sino a continuar la lucha; pero con la pandemia se detuvo.
También se quitó la máscara que escondía el racismo y el terrorismo de estado, y la acusación del vandalismo de toda la movilización fue una muestra de eso, más bien, fue el gobierno vandálico que se puso a utilizar armas supuestamente no letales y quien provocó el incendio. Entonces octubre fue la unidad, la expresión, como cuando uno dice: una sola voz se unió a todas.
Aparentemente fue una ganancia, pero también hay una lección aprendida. Podríamos decir que se hizo una retirada, pero no una retirada a casa, sino a continuar la lucha; pero con la pandemia se detuvo. Ahora estamos viendo nuevamente la expresión de la gente, ese hecho de octubre puede volverse a dar.
Me gustaría enfatizar que no es octubre por el mes, sino que puede ser cualquier fecha, porque también ha habido abusos del estado en estos momentos de la pandemia, la gente está inconforme, están subiendo los precios. Creo que todavía no sentimos mucho los pasajes porque no estamos en una movilización normal, pero la canasta familiar sigue aumentando. ¿Si no hay trabajo, con que continuamos? Ese hecho ha obligado a que la gente esté para salir, se obligó a que el gobierno cambie el semáforo para poder seguir sobreviviendo.
Para quienes hemos venido en la lucha, sabíamos contra quienes nos enfrentamos y no era solo el gobierno también estaba sosteniendo un muro internacional que era el FMI, era el imperialismo.
La gente estaba indignada y se veía que quería ir a resolver el asunto en Quito y regresar, pero cuando se da una pelea cada vez se aumentan los golpes y ahí se le tumba. No fue así para quienes hemos venido en la lucha, sabíamos contra quienes nos enfrentamos y no era solo el gobierno también estaba sosteniendo un muro internacional que era el FMI, era el imperialismo.
Lo que hicimos en el norte con toda la gente que decidió ir a Quito era empezar a caminar, pero sin querer queriendo se nos dieron las facilidades de traslado, porque la gente puso su transporte, nos colaboraron con camiones, con camionetas de carga etc. Pero era una disputa de autoridad, cuando existe algún problema con la movilidad o restricciones de traslado lo normal es que el gobierno sea el que da el salvoconducto para poder movilizarte en caso de ser necesario, pero en octubre era la federación la que permitía o no el tránsito en las carreteras, y no solo en el norte, en todo el país. También sabíamos que no queríamos enfrentamientos con la policía y los militares.
En el transcurso de la movilización hacia Quito, sabíamos que nos querían detener en el camino, entonces no caímos en provocaciones, hablando, hablando, como decía mi mamá, (…) el gobierno se pensaba que con matar o herir la gente se iba a replegar, y que nos regresaríamos al páramo, pero, al contrario, mientras seguían hiriendo y matando, más gente iba llegando.
En el transcurso de la movilización hacia Quito, sabíamos que nos querían detener en el camino, entonces no caímos en provocaciones, hablando, hablando, como decía mi mamá, fuimos pasando hasta llegar a Calderón donde, por la cantidad de gente, tuvieron que darnos la vía entera. Sea en camión o caminando fuimos venciendo a las fuerzas armadas sin sufrir consecuencias ni enfrentamientos con la gente, al menos el día de la llegada a Quito.
Lo otro que recuerdo es que en este octubre la gente iba llegando como en relevos. La gente que quería quedar se quedaba, pero había otra que seguía llegando y algunos que se iban y eso daba más fuerza para que, finalmente, se levante la moral. Por otro lado, el gobierno se pensaba que con matar o herir la gente se iba a replegar, y que nos regresaríamos al páramo, pero, al contrario, mientras seguían hiriendo y matando, más gente iba llegando. Incluso el día de la negociación varios grupos de compañeros y compañeras estaban en camino, eran sus derechos, era su vida la que estaba en esta lucha.
Lo otro importante fue que muchos jóvenes que querían participar se organizaron y tomaron iniciativas para crear una especie de guardería para los niños que habían llegado a la movilización. Cuidar a los niños fue una oportunidad de colaboración muy importante para quienes querían participar, pero sin estar en la línea del frente, y de esa forma recrear a los niños para que no sufrieran lo que estábamos sufriendo, esta función fue muy importante a la hora de las tareas del cuidado. Otras compañeras y algunos compañeros también colaboraron en la cocina y en los puestos de salud.
Habrá un siguiente mientras exista la injusticia y las desigualdades, el levantamiento está a la vuelta de la esquina con un poquito de ánimo se pueden hacer las cosas.
En los enfrentamientos el gobierno decía que había infiltrados, cuando en realidad veíamos que los guambras se tapaban con un cartoncito las balas y las bombas que la policía tiraba directamente al cuerpo; y por eso la gente del pueblo mismo llegaba a entregar algo de vituallas y esas antenas de direcTV, esas grandes como discos para que la guardia indígena se pudiera defender. Cosas como eso fueron aportes de la gente de la ciudad, de todos lados construyeron con su granito de arena, con su fuerza, con sus ánimos. Entonces si hay muchas cosas que creo hay mucho que decir y refregarles en la cara a la María Paula o el ministro de defensa, ese tal Jarrín, que quieren lavarse las manos por la violación de los derechos humanos.
(…) si lucho por el respeto a la identidad es por la vida de los pueblos, si estoy luchando por una educación bilingüe lucho para que se puedan desarrollar los saberes de los pueblos.
Cuando uno está dirigiendo, uno mira todo esto y es difícil hacer una evaluación, y aún que no estemos dirigiendo, se viven esas cosas muy intensamente. Ahora uno puede estar diciendo faltó esto, faltó lo otro, pero esto ya es después, son lecciones para la siguiente. Habrá un siguiente mientras exista la injusticia y las desigualdades, el levantamiento está a la vuelta de la esquina con un poquito de ánimo se pueden hacer las cosas, pero si es verdad que no vamos a caer en provocación, están queriendo ahora que salgamos para que no haya elecciones, pero no vamos a caer en eso tampoco.
(…) hay que ver cómo y cuando hablamos de cambiar el sistema, hablamos de cambiar desde la raíz, hay que buscar una nueva estrategia ¿cómo pelear para justamente dar en la raíz?.
Con esta lucha honro a la vida, si lucho por el respeto a la identidad es por la vida de los pueblos, si estoy luchando por una educación bilingüe lucho para que se puedan desarrollar los saberes de los pueblos, para que tenga valor la lengua, eso es luchar por la vida.
Con esta lucha honro a la vida, si lucho por el respeto a la identidad es por la vida de los pueblos, si estoy luchando por una educación bilingüe lucho para que se puedan desarrollar los saberes de los pueblos, para que tenga valor la lengua, eso es luchar por la vida. Y creo que acompañar en todo este proceso, en esta política de lucha, de resistencia, es una forma de expresar el amor a la vida. Como digo, de todas maneras, no hemos cogido el chakiñan, hemos cogido un camino más largo, por eso todavía no hemos llegado, vamos de a poquito. Pero igual es como cuando la lucha por la amazonia con título o sin él igual se van y arrasan, así como cuando nos cierran las escuelas después de haber ganado, es como que hubiéramos retrocedido, entonces hay que buscar como cortar de raíz.
Una cuando piensa la pelea es como que seguimos podando pero las ramas nomás, la raíz sigue ahí, así como cuando se fumiga el veneno no le llega a la raíz, estamos en esta lucha contra la injusticia, contra la desigualdad, en la pelea parece que damos un pasito y de repente nada, ahí volvemos, hay que ver cómo y cuando hablamos de cambiar el sistema, hablamos de cambiar desde la raíz, hay que buscar una nueva estrategia ¿cómo pelear para justamente dar en la raíz?.